PRIMAVERA EN JAPÓN – DÍA 1 (Tokyo)

domingo 28 de marzo

En este momento, los cerezos de muchas ciudades japonesas están floreciendo. Durante las próximas dos o tres semanas, las calles de Japón se llenarán de árboles en flor; y la suave brisa hará volar pétalos y cubrirá las veredas, lagunas y arroyos de un manto rosado. El espectáculo puede alargarse hasta fines de abril, dependiendo de la zona, porque hacia el norte los cerezos florecen más tarde. Es una época hermosa para visitar Japón. Nosotros elegimos la primavera para nuestro primer viaje. Aprovechando que hoy se cumplen seis años desde la primera vez que pisamos Tokyo, y la nostalgia que me trajo la noticia del hanami 2016, comienzo una nueva crónica.

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Nuestro vuelo arribó en el aeropuerto de Narita el sábado por la tarde. En marzo, todavía anochece temprano en Japón, así que para cuando llegamos a nuestro hotel en Hatagaya (una zona del barrio de Shinjuku), ya ha anochecido.

El domingo nos levantamos muy temprano para llegar a la Feria Internacional de Anime (Tokyo International Anime Fair o TAF)[1], que se celebra todos los años a fines de marzo, antes de que la cola se haga interminable. Desayunamos en el alegre café del hotel. Tienen un mapa colgado en pared, en el que los huéspedes podemos marcar el lugar del que venimos. Miguel y yo nos sumamos a la propuesta y colocamos nuestras marcas, la mía es la primera en la Patagonia argentina.

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Después de desayunar nos encaminamos hacia la zona de Odaiba, donde se lleva a cabo la feria. Llegar nos cuesta más de lo que pensábamos. Nuestra idea era cruzar a la isla de Odaiba caminando, pero no encontramos por dónde. Pedimos instrucciones, pero nos perdemos aun más. Afortunadamente, vemos al otro lado de la calle una estación de subte, y hacia allí vamos. Conectamos con el monorraíl hacia Odaiba, vamos por lo seguro. Es un tren no tripulado. En el primer vagón, en lugar de la cabina del conductor, hay un gran ventanal por el que se puede disfrutar de la vista.

Cuando llegamos al centro de exposiciones, ya hay una cola bastante impresionante. Por suerte, se mueve sorprendentemente rápido. En realidad la gente no va pasando de a una, la cola se mueve de a grandes grupos de personas que avanzan todas juntas. Durante la espera charlamos con un francés y con un chico de Yakarta que es igual a Raj, el personaje indio de The Big Bang Theory. Su parecido no se limita a lo físico, sino que este chico tampoco habla casi nada.

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Ya dentro de la feria, recorremos los stands y nos deslumbramos con la cantidad de cosas que regalan en todos lados: bolsos, stickers, postales, carpetas, incluso manga creado por estudiantes de escuelas y facultades de manga y animación. Nos informamos acerca de lo que viene, tomamos nota de todo lo que nos gustaría ver y nos despedimos de la isla de Odaiba dando una vuelta por los alrededores del centro de exposiciones.

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Por la tarde, después de dejar en el hotel todas nuestras bolsas cargadas de recuerdos de la feria, visitamos la zona de Harajuku. Comenzamos el recorrido con una visita el santuario Meiji, que está cerca de la estación, atravesando un pequeño bosque justo al lado del parque Yoyogi. En el santuario, tenemos la suerte de encontrarnos con una pareja de novios que acaba de casarse al estilo tradicional.

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Como todos los domingos por la tarde, cuando salimos del santuario, en el puente de Harajuku ya se están empezando a reunir las tribus urbanas, especialmente lolitas y seguidores el del visual kei.

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Descendemos por la avenida Omotesando y entramos a Oriental Bazaar, un buen lugar para comprar regalos al que tendremos que volver más adelante. Nuestro viaje recién empieza y no queremos empezar a cargar nuestros bolsos desde tan temprano. Hacemos un gran esfuerzo por controlarnos y nos limitamos a comprar un par de sets de papel de origami y un hachimachi, una cinta que los japoneses suelen atarse en la cabeza como símbolo del esfuerzo y la constancia, y que Miguel planea usar cuando se siente a estudiar japonés.

Para cerrar el día, nos tomamos un tren hasta Shinjuku. Caminando entre los pachinkos y carteles luminosos de la zona que está al oeste de la estación, nos cruzamos con un localcito de comida donde hay cola para entrar (Rakugama Seimenjo). Nos acordamos de las palabras de nuestro sensei de japonés: “si hay cola, entren”. Bueno y muy barato. Un udon muy sabroso, y con música de fondo: los cocineros se gritan palabras de aliento, o no sé si es que invitan a la gente a entrar, porque han colocado parlantes en la calle, por lo que se escucha lo que pasa en la cocina.

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Un muy buen comienzo para lo que esperamos que sea un viaje inolvidable.

 

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[1] A partir de 2014 la TAF se fusionó con Anime Contents Expo para formar AnimeJapan, que se sigue celebrando por las mismas fechas.

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